Estoy notando que empiezo a ser diferente, no sé si en el buen sentido o en el malo, pero yo me siento diferente, un poco más adulto. También que desde que cumplí los 19 años no sé en qué día vivo, y han pasado varias semanas sin mirar un solo calendario. Sin darme cuenta de que habían pasado y que estamos a finales de octubre ya.
He empezado a leer seriamente, no mucho, dos libros. Y realmente me está ayudando mucho a descubrir cómo soy. Me hizo darme cuenta que soy alguien a quien le cuesta empezar las cosas, necesito mucho incentivo para hacerlo, pero una vez lo hago no hay quien me pare hasta el extremo de rozar la obsesión. Desde proyectos hasta el amor.
Hoy sin ir más lejos leí durante más de 5 horas, dormí entre medias y soñé con el maldito libro, con la muerte de su protagonista, pensando en el por qué le tenía que suceder eso, en posibles finales con los que me acabaría cruzando al acabar el libro. Faltaban más de 150 páginas cuando moría sin explicar por qué, y la misma pregunta me hizo sentirme fatal conmigo siendo una necesidad el descubrirlo ya mismo. Ahora sólo faltan 40 páginas.
Me he sentido como un niño pequeño, he imaginado, he vivido otra vida de la que me he sentido parte... pero lo más triste de todo es que me he encariñado más de personajes ficticios que de las personas que me rodean. He llorado y sufrido más por lo que les sucedía que por mí o cualquier otra persona de la vida real.
¿Lo mejor? estoy empezando a sentirme un poco más especial. Estoy empezando a valorar las pequeñas tonterías y manías que me hacen diferente, ser yo.
Tengo un tatuaje que odio, tengo la manía de leer la última frase de la última página de los libros, la manía de morderme el piercing cuando estoy nervioso, mi odio hacia mi sonrisa, la necesidad de verme atractivo en cada cristal con el que me cruzo, la necesidad de verle un algo especial a todo... pero sobretodo, la necesidad de vivir una aventura, de llegar a ser alguien en la vida... aunque todavía no sé si para alguien, o para mí.
Estoy en busca de un gran quizá, y tengo la fe de que saldré en su búsqueda algún día.
No sé si siendo un adolescente, un adulto o alguien viejo... pero supongo que una aventura, siempre es una aventura. Y yo quiero una.
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