miércoles, 11 de julio de 2012

Y como siempre...

Todo sigue saliendo mal. Es como si sólo tuviera derecho a que las cosas me salgan así.
Es como si sólo hubiese nacido para pagar los errores de otra vida, y para asegurarse de que lo cumplo, a la larga, me suceden cosas buenas... que en cierto modo me dan fuerza para seguir.
Una fuerza que me dan para que no acabe con todo de una vez por todas y siga recibiendo esos golpes, palo tras palo, caída tras caída.

Llegados a este punto de formar parte de una nada absoluta... ¿qué hago? no tengo nada, no siento nada, no me gusta nada. Evadirme de todo durmiendo casi un día entero funciona, sí, de momento.
Sigo esperando ese cambio que me prometieron hace más de un año, sigo con esa esperanza que hoy me permite levantarme con algo en lo que creer, pero no llega, aquí no cambia nada, bueno sí, lo hace... a peor.

Resulta hasta tentadora la idea de irme, para siempre, es la única opción con sentido. Básicamente es lo que estoy empezando a hacer, pero con la desgracia de seguir respirando.

¿Pero sabéis qué?
A veces, piensas que quieres desaparecer... pero todo lo que realmente quieres es que te encuentren.

No hay comentarios:

Publicar un comentario